La bodega Tomás Postigo se trata de un negocio familiar en el que, actualmente, el padre Tomás trabaja con sus cuatro hijos de una manera totalmente artesanal. Tomás Postigo comenzó su andadura en Ribera del Duero en bodegas Protos en 1984. Trabajó allí como enólogo durante 4 años, hasta 1988, momento en el que puso en marcha junto con otros socios la bodega Pago de Carraovejas.

Tomás era el alma del proyecto, ya que no solo era accionista como los demás socios, sino que también era el director técnico y enólogo de la bodega, el responsable de los vinos y de la bodega. Permaneció en Pago de Carraovejas durante 20 años, hasta que en 2008 decidió dejar esta bodega y poner en marcha una nueva que llevaría su propio nombre, el de Tomás Postigo. Desde entonces ha ido creciendo poco a poco hasta convertirse en una de las bodegas de referencia en la Ribera de Duero. Tomás acumula casi 40 años como enólogo, actualmente es uno de los que suma más experiencia de la zona, y de los que mejor conoce la Ribera del Duero.